domingo, 1 de mayo de 2011

CÓMO EL CURRÍCULUM SE ENTIENDE DE MANERA DIFERENTE DE ACUERDO A LOS MEDIOS EMPLEADOS EN EL AULA

Las intencionalidades de la educación, en términos de los resultados que se pretende alcanzar en cuanto a la formación del ciudadano y del tipo de sociedad, se concretan mediante el currículum qué actúa como proceso operativo, en el que entran un conjunto de elementos (actores sociales, objetivos, recursos) que interactúan para alcanzar las intenciones educativas.

Es fundamental al enfrentar la problemática del currículum, tener clara la concepción educativa que este reflejará. Lo importante es que haya congruencia entre la concepción de educación y la de currículum que se manejan.

Cuando se elabora un currículum no sólo se toman decisiones referidas a la selección y organización de los componentes del mismo, sino también en torno a las estrategias que se utilizarán en la difusión e implantación del mismo en la realidad escolar. Este conjunto de decisiones/acciones curriculares han de asumir un modelo general de producción e implementación de currícula, configurando y otorgando determinados roles a los procesos, componentes y agentes implicados.

De este modo, los medios como elementos integrados en la totalidad de la realidad curricular, estarán condicionados por la naturaleza y concepción del contexto curricular bajo los cuales han sido generados. Los medios, como el resto de componentes del currículum, cobran sentido y se define en relación a la lógica y funcionalidad que le es otorgada dentro del sistema curricular. Según sea la naturaleza de éste, y el tipo de interacción y racionalidad entre sus procesos y los componentes del mismo, los medios adoptarán roles y características congruentes con la concepción, propósitos y estructura del currículum bajo el cual funcionan.

Una orientación técnico-racional del currículum supone conceder y concentrar el interés prioritario en la fase del diseño ya que se presupone que ofertando un Programa estructurado y racionalizado su puesta en práctica planteará pocas dificultades. Consecuentemente la fase de difusión tendrá un marcado carácter informativo (se disemina y se da a conocer entre el profesorado para que lo asuma y actúe en consecuencia con el mismo) y la fase de desarrollo en los centros y aulas tenderá a reproducir con fidelidad las prescripciones ofertadas desde las instancias administrativas.

Así pues, la producción de materiales se ubicará preferentemente en la fase de diseño del plan asumiendo las mismas características del mismo. Es decir, será un material elaborado por expertos, altamente estructurado y que tiene la finalidad de transformar en proyectos operativos para el profesorado los principios y componentes del Programa curricular. Estos materiales por tanto, están concebidos como instrumentos que, aunque destinados al aprendizaje del alumno, suplantan las decisiones del profesor en la elaboración de proyectos instructivos para su contexto de trabajo.

Es un modelo de producción de materiales que parte de dos supuestos básicos respecto del profesorado:

- Un supuesto de DEFICIENCIA, en cuanto los medios serían producidos "para proteger a los alumnos de las deficiencias del profesorado, y así asegurar, en la medida de lo posible, que el Programa sea cubierto adecuadamente y que los ejercicios sean bien enseñados".

- Un supuesto de DIFERENCIA en cuanto que "las habilidades requeridas para la elaboración de materiales son muy diferentes de las exigidas a los profesores de aula". Es decir, la producción de medios sólo puede ser asumida por expertos ya que se supone que el profesorado carece del conocimiento y destrezas técnicas como para asumir y/o participar en estas tareas.

Por otra parte, es preciso tomar en cuenta que, la sobreconfianza en los materiales utilizándolos como estrategia prioritaria para que un programa curricular sea implementado en las aulas es estéril si la misma no va acompañada de estrategias paralelas a la formación del profesorado, al establecimiento de canales para el debate e intercambio de ideas y experiencias entre profesores y a la existencia de servicios permanentes de apoyo y asesoramiento al desarrollo de la innovación.

Otra problemática es la sobreestimación y dependencia que manifiestan los profesores respecto a los materiales elaborados comercialmente, en este rubro, lo que influye no es el hecho de que los profesores estén en mayor o menor medida implicados en su enseñanza, sino el tipo de implicación, asumiendo la necesidad de cambiar para adoptar nuevos materiales.

En síntesis, los puntos críticos de la lógica y función otorgada a los materiales en la concepción técnico-racional del currículum serían:

1) El diseño de medios debe ser responsabilidad de expertos técnicos.
2) La producción de medios es parte de las tareas del diseño curricular. Estos se elaboran a partir de la lógica y estructura del Programa dando respuesta a demandas emanadas de decisiones administrativas, fundamentadas en mayor o menor medida en principios racionales. La producción de medios, por tanto, apenas tiene en cuenta el conocimiento y necesidades generadas desde las situaciones de desarrollo práctico del currículum.
3) La naturaleza de estos materiales es de fuerte carácter estructurado. Es decir, tienden a prefijar y limitar el tipo de proceso y experiencias de aprendizaje con las que habrá de interaccionar el alumno.
4) Dichos materiales están concebidos para un modelo estándar de alumno y contexto cultural.
5) Existe una sobreconfianza en los medios como la estrategia más eficaz para posibilitar que el profesorado desarrolle prácticas instructivas acorde con el programa innovador.
6) El uso que el profesor debiera realizar de los materiales exige de él su aplicación mecánica y fiel en el aula.

El libro de texto: Tecnología empaquetada para el desarrollo del currículum

El libro de texto ha sido caracterizado como un medio de enseñanza de naturaleza impresa destinado a facilitar la obtención del conocimiento a los alumnos. Esta es evidentemente la meta que todo diseñador de textos tiene presente cuando lo elabora: producir un material de aprendizaje para alumnos de un específico nivel educativo.

Pero, el libro de texto ubicado bajo determinados contextos y procesos de desarrollo de currícula escolares, tal como se producen en nuestro país, se convierte no sólo en un recurso de apoyo al aprendizaje de los alumnos, sino que el texto es, en gran medida, un material de apoyo a la enseñanza, es decir, funciona como una guía, recurso orientador y organizador de las tareas docentes.

No es, o mejor aún, no funciona únicamente como un instrumento diseñado para que el alumno adquiera conocimiento, sino que también se ha convertido en un recurso que implícitamente está dirigido al profesor para que le posibilite, le proponga el desarrollo de un determinado proceso de enseñanza, asignando determinados roles a profesor y alumnos, determinando modelos de clase o de acceso a la información.

Por consiguiente, cuando el alumno utiliza el texto lo hace como fuente de conocimiento, y el profesor lo emplea como fuente estructuradora de la enseñanza.

Más aún, pudiéramos afirmar, que el libro de texto (tal como están diseñados la mayoría de estos materiales) le ofrece al profesor un plan completo y elaborado para el desarrollo instructivo de un currículum en su aula.

Así pues, el libro de texto, a diferencia de la mayoría de restantes medios ofrece, propone, condiciona, e incluso impone (cuando es utilizado exclusivamente) un determinado proyecto de desarrollo del currículum, es decir, podríamos caracterizar al texto como un tecnología curricular empaquetada. De tal manera que el docente tiende a ceder sus responsabilidades planificadoras y de decisión instructiva a un elemento ajeno al contexto de su acción profesional.

Como consecuencia, el papel del profesor deja de ser el de “director” para pasar a ser “ejecutor”, ya que su labor consistirá básicamente en gestionar la utilización y aplicación del texto en su contexto de aula.

Lo que estamos sugiriendo conecta de lleno con tres problemas importantes que giran en torno a las implicaciones que tienen los libros de texto en este modelo y concepción del desarrollo curricular:

a) La desprofesionalización del profesorado: La falta de formación específica del profesorado, las condiciones de trabajo de los profesores en sus escuelas, y la propia estructura y racionalidad del currículum son los factores favorecedores de que el profesorado se encuentre indefenso para hacer frente a las demandas y exigencias de su vida profesional. Ante la incapacidad de dar respuesta propia, el profesor tiene que recurrir a materiales que resuelvan la mayor parte de los problemas curriculares con los que se enfrentan. Estos materiales son los textos escolares.

b) El control curricular: Si como anteriormente se indicó, el profesor no tiene control pleno sobre su propio ámbito de competencias, significa que el control descansa en instancias ajenas al propio contexto de trabajo (instancias productoras de textos).

c) La unidireccionalidad y estandarización del aprendizaje. La utilización del texto en la enseñanza implica desarrollar un proceso instructivo que unidireccionaliza y estandariza lo que tienen que aprender los alumnos. Lo cual implica que las situaciones y experiencias de aprendizaje no tengan en cuenta las diferencias culturales y sociales del grupo-clase, ni estén adaptadas al nivel de conocimientos y necesidades de estos alumnos, y mucho menos respondan a la variabilidad individual de los sujetos de la clase.

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